FIESTA ANIVERSARIO EÄRLINDË 15 AÑOS!

    “Los cuernos de Selene apuntaban al oriente e iluminaban la noche estrellada... Las Ondinas comenzaron a danzar con tanto brío que agitaron como nunca los mares, lagos y ríos. Los Silfos, que no querían quedar fuera de tal jolgorio, se complotaron y comenzaron a soplar y soplaron con tanto impulso que hicieron sonar con un ímpetu inusitado a la caracola del Faro que sonó y sonó con tanta fuerza que fue escuchada en todos los rincones de Gondor, la Comarca, Isengard, Lórien, Moría, Rohan, Rivendel, Fangorn, Cirith Ungol, y Minas Morgul...
La melodía era de tal belleza que envolvió a todos los corazones con un mágico lazo para atraerlos y arrastrarlos hasta su origen.
Así con su hechizo sedujo a todos los seres de todas las tierras que acudieron hipnotizados hasta Eärlindë.
Inclusive Nazgûl, dragones, Orcos y Trolls mansamente se acercaron.
Una vez todos ahí, por un instante, se pudo escuchar en el silencio los corazones que latían al unísono. Por primera vez Hombres, Orcos, Enanos, Elfos, Hobbits, Ents y todos absolutamente todos compartieron en paz comida, bebida, música y danzas porque se develó el gran misterio que los había guiado hasta allí:

¡¡¡Eärlindë cumplía 15 años!!!”

-Adriana

Mircalla y los 15 de Eärlindë, el desenlace:

“No recordaba cuándo había estado tan alegre de estar rodeada de aquellos seres tan diferentes unos de otros. Sin embargo, aquellas diferencias los habían unido aún más.
Entre risas y discusiones, frente a los distintos juegos que la Elfa Lindëar proponía para que todos participaran, se fueron formando grupos consolidados. Los arrogantes de Gondor, los tramposos de La Comarca y los grandes ganadores de la noche, Mordor.

Mircalla observaba todo con curiosidad pues hacía mucho tiempo que no vivía una fiesta como aquella. Decidió que no se alimentaría de ninguno de los presentes pues ahora serían considerados sus amigos y aliados, incluidos los arrogantes de Gondor. Su parte favorita de la noche fue cuando todo culminaba pues quedaron aquellos que más frecuentaban el faro y todos bailaban entre sí, cantaban y reían.

Por una eternidad más en Eärlindë.”

-Cintia

Vradrur estaba llegando a su taberna después de mucho tiempo, en el viaje de Olifante se encontró con el hobbit el famosísimo Brandobras Tuk, conocido por hablar y reírse.
Llegando al bar nos encontramos con otro personaje, que no conocía y que no puedo recordar su nombre.

Una vez adentro tiramos agua para limpiar el piso, reemplazamos las tablas rotas y abrimos las puertas.
El primer reencuentro fue el más lindo! Encontrarse con su amiga Mircalla, vestida de... cosa.
Y a Lindëar tan eufórica como siempre.

La entrada de la gente fue lenta, el alcohol fue el mejor y por siempre.
Mordor ganó.

¡Feliz cumpleaños a esta familia elegida!

-Micaela

Versión de Baruk de la fiesta Eärlinderos:
“Se organizaba un festival en el pueblo a unos km de la aldea, y aprovechando la calma tras la reciente victoria decidí unirme a una merecida celebración.
En el viaje encontré a un compañero de la milicia con quien conversé unos minutos en su camino a visitar a otro compañero, así como algunas personas no acostumbradas a ver a alguien con mis vestimentas, pero como iba a una fiesta, decidí sólo mandarles una sonrisa y ya.
Al llegar aún no había tanta gente, así que aproveché para recorrer los alrededores para asegurar la zona e inspeccionar a las personas que podrían sumarse. Acompañado hacia el final de una joven, principiante en el arte de la exploración, a quien le enseñé unos movimientos mientras conversábamos de temas varios.

Pasado un rato regresamos a la fiesta y había nuevas caras presentes, algunas conocidas y otras desconocidas, y luego de una conversación amigable con algunas bebidas y comida, comenzaron unos juegos de habilidad e ingenio para lo cual muchos de los integrantes estábamos divididos en equipos. La competencia en principio parecía arreglada, siendo nuestro equipo el único honorable, y a pesar de que los demás tenían sucios Semiorcos y gente siniestra, o juguetones y tramposos medianos, desde luego nuestro equipo salió vencedor gracias a mi tan importante aporte.

¡Ya que todos saben que el bando que posea un Enano será el vencedor en cualquier competencia de taberna!

Luego de la competencia celebramos con un gran pastel y más bebida y charla y mucho baile, disfrutando de la velada hasta que fue hora de emprender el regreso.”

-Damián

“Desde los lindes del bosque, un fuego pequeño y disimulado avisa al ojo entrenado la presencia de montaraces cerca de la aldea.

En la cima de la colina, el murmullo, la música y los humos de la cocina excelsa de los hobbits narran una fiesta de grandes proporciones.

Las canciones alegres llaman a celebrar el hecho de estar vivos, el fuego aleja las sombras y el frío de los cuerpos cansados por la labor.

Los ojos del montaraz, apenas se apartan de su pequeña hoguera para revisar la curación de sus heridas. Las raíces del yermo aún conservan las propiedades curativas aunque las recogió hace algunos días. El caldo está aguado y la carne seca es dura aún cuando lleva tiempo hirviendo, pero al menos esta caliente, y eso es más de lo que tuvo en semanas.

No obstante, una sonrisa aparece en su cara cuando ve los resplandores de la cima.

Y sus adoloridos pies siguen el ritmo de la música casi imperceptiblemente. Le tomó tiempo acechar a las criaturas que perturbaban la tranquilidad de la aldea, y mucho tiempo más hacerlo sin que los habitantes lo noten, pero esta noche se celebra en calma, y la fuerza que los hobbits recuperan en estos momentos de celebración los ayudará a resistir los momentos duros que se aproximan.

Ese eco de carcajadas que delata la superior calidad de la cerveza, esas luces brillantes que adornan los árboles, ese humo de cocina abundante es toda la recompensa que un montaraz necesita.

Un capitán del norte dijo, en eras pasadas; “Si las gentes simples están libres de preocupaciones y temor, simples serán, y nosotros mantendremos el secreto para que así sea. Ésta ha sido la tarea de mi pueblo, mientras los años se alertaban y el pasto crecía.”

Cerró la capa alrededor de su cuerpo al terminar su comida y observó como el fuego se convertía en brillantes ascuas en la hora previa al amanecer, mientras los murmullos de la fiesta se hacían cada vez más leves, un montaraz de los lindes del bosque sonreía mientras se quedaba dormido.”

-Elensar Rhûd